Veintiocho años enseñando fisiología en el INEF vía F. Javier Calderón

Para entender la filosofía del laboratorio, es importante entender la de las personas que lo representan. En este caso, el Director del LFE, hace una reflexión en su Blog  sobre sus veintiocho años al frente de la fisiología del INEF. En ella, podemos observar las inquietudes que nos mueven y el entusiasmo por contagiar las ganas de aprender y seguir enseñando.

«Aprendemos la humanidad de quienes la ejercen didácticamente con nosotros y aprendemos tanto por las virtudes que muestran como por los defectos que no pueden ocultar. Porque la humanidad es algo que no se telegrafía o se “tuitea” sino que se contagia”. Parte del prólogo de Fernando Savater de un libro titulado “Memorias de la pizarra”.

INTRODUCCIÓN             

                Como señala el título, han pasado 28 años intentando contribuir a la formación de los futuros INEFs. Prefiero este término que el actual, tan “rimbombante” a mi criterio, licenciado en ciencias de la actividad física y del deporte. Simplemente como curiosidad y como dato relevante del porqué INEF, reseñar que, cuando se  realizó la transferencia a la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), las personas de la UPM encargadas en aquel momento de llevar a cabo la adscripción pusieron en  el título de la facultad la palabra INEF.

                Varias son las razones de hacer este breve análisis de mis 28 años de enseñanza, pero una es la que principalmente me ha inclinado. Es muy frecuente que los alumnos me pregunten al año siguiente de haber  pasado de curso o finalizados los estudios; “¿Qué tal son los alumnos de este año?”. La verdad es que me quedo sin saber muy bien que decir por dos razones: 1ª) no entiendo bien el significado de la pregunta y  2ª) cuando  formulan la pregunta, muchas veces  es al principio de  curso. ¿Cuál puede ser  el interés de los alumnos que formulan la pregunta?. De cualquier forma, voy a contestar a la pregunta, de manera que verán escrito lo que muchas veces me han oído decir muchos alumnos.

                He revisado  todas las actas correspondientes únicamente a la convocatoria de Junio desde que yo empecé. Suficiente, pues la convocatoria de Septiembre siempre ha sido desoladora, dado que si los alumnos no habían superado la asignatura durante  todo el curso, ¿como tras un periodo de “soleado y  fiestero descanso” podían estudiar fisiología?. Lo que sucede es que en este documento únicamente se reseñarán los resultados de las promociones  que van desde 1994-1995 hasta 2010-2011: ¡más de 11.000 alumnos!. Es probable que, cuando tenga todas las actas desde que empecé a enseñar en el INEF, vuelva a presentar otro documento, aunque no lo creo. Pienso que es  suficientemente elocuente lo que voy a analizar. Más allá de realizar un análisis estadístico, simplemente se llevará a cabo el estudio desde la experiencia. Además, la estadística es la parte de las matemáticas de menor valoración para los matemáticos, a mi juicio con sentido, porque a fin de cuentas radica en el “cálculo de probabilidades”.

ANÁLISIS GENERAL DE LOS RESULTADOS

                La tabla 1 muestra los resultados generales en las promociones señaladas. He  resaltado en rojo los valores medios. Lo que más me  ha llamado la atención a lo largo de los 28 años, y concretamente de las 17 promociones analizadas, es el número de alumnos “no presentados”, pues el resto  de las calificaciones de suspensos, aprobados, notables, sobresalientes y matrícula de honor no tiene un comportamiento sorprendente a mi juicio.

¡Entre el 29 % (promoción 1994-1995) y el 68 % (2008-2009) se encuentra el porcentaje de alumnos  que abandonaron la asignatura.A “ojímetro” (figura 1) se detecta  que desde la primera promoción (1994-1995) hasta la correspondiente al curso 2001-2002, la  tendencia al abandono fue aumentando de forma progresiva y a partir de ésta última presenta una tendencia a una cierta estabilización, si bien no se explica la caída tan considerable que se produce en las promociones 2009-2010 y 2010-2011. Pienso que en parte esta caída puede deberse a la extinción del plan 1996 y la consiguiente  ¡entrada en vigor del extraordinario plan Bolonia!. De cualquier manera, el hecho es que cualquier profesor que se precie de serlo debe de analizar las causas de tanto abandono. De forma intuitiva y elemental, las causas del abandono “in crescendo” a lo largo de las promociones estudiadas  podrían ser las siguientes:

1)      El problema  radica en el profesor

2)      El problema radica en la asignatura

3)      El problema radica en el  alumnado

4)      El problema radica en otras causas

Igualmente intuitivo es que las  causas no son independientes, sino  que están íntimamente relacionadas. Así por ejemplo, es obvio que si una asignatura es compleja afecte al profesor e igualmente el profesor puede hacer que esa disciplina no resulte tan árida a los alumnos  a pesar de su complejidad. No obstante, a pesar de la interrelación entre las causas, se analizarán como se han enumerado.

Tabla notas promociones

Gráfica notas promociones

ANÁLISIS DE LAS CAUSAS DE LOS RESULTADOS

                El problema radica en el profesor. Lo primero que pensé año tras año es que  la culpabilidad de tanto abandono radicaba en mí. No eludiendo la responsabilidad que pudiera tener, pienso que un análisis elemental de los resultados puede demostrar  que poco ha sido mi contribución al abandono. Si se tiene en cuenta la proporción de alumnos que han superado la asignatura respecto a los presentados, se puede afirmar  que he sido poco causante del abandono. ¡Entre el 72 % y el 93 % de los alumnos que hicieron algo de esfuerzo (aparte del esfuerzo que supone ir a visitar Roca)  superaron la  asignatura!.Pienso que es un porcentaje  suficientemente elevado para considerar que cuando algún alumno muestra un mínimo de interés mi “manga” es la de Fray San Francisco. No obstante, en el apartado “otras causas” se analiza mi forma de ver la fisiología que afecta al alumnado

 

                El problema radica en la asignatura. En efecto, la asignatura no es fácil. La mayor parte de los alumnos tienen una formación escasa o nula en materias necesarias para la compresión de la misma. Cuando los alumnos preguntan por ejemplo ¿qué es un ion? o ¿la mitocondria es una célula?, es fácil comprender que la formación previa tiene mucho que decir en la adquisición de conceptos tales como la relación ventilación/perfusión o la glucolisis. Naturalmente, la dificultad de la asignatura se relaciona con causas como formación en las etapas previas, que son analizadas brevemente en el apartado “otras causas”.

                El problema radica en el alumnado. Lamento decir que, después de tantos años de enseñanza, la razón del abandono radica en el alumnado. ¡Es el recurso fácil de cualquier profesor!. Claro está que al decir alumnado estoy implicando a muchas otras causas que condicionan los resultados. A continuación destaco lo que a mi juicio encaja en “responsabilidad del alumnado”.

  1. la formación previa a los estudios universitarios. ¿Quién asesora a los “jóvenes imberbes” al final del bachillerato que es lo que se estudia en el INEF?. Como muchas veces me han oído comentar los alumnos, ¡si existieran tantas opciones de estudio en el bachillerato como letras tiene el alfabeto estoy seguro serían consideradas para estudiar INEF!. Pero, con ser esto cierto, existe otra realidad confesada muchas veces en un alarde de sinceridad por muchos alumnos. Como se exige una nota concreta de selectividad es mejor realizar una opción de bachillerato que asegure en mayor medida la entrada en el INEF. Por tanto, en muchos casos la responsabilidad no es de las instituciones sino de la persona al prevalecer los intereses personales. Entonces, para que estudiar física, necesaria para entender la biomecánica, o química y  biología, necesarias por lo  menos para no decir estulticias como las referidas más arriba.

  1. La capacidad de “sufrimiento” es escasa. ¡Cuántas veces los alumnos “reincidentes” me han comentado algo  similar a lo siguiente!: “cuando empecé a cursar fisiología no entendía nada” o “empecé a estudiar y al presentarme al primer parcial y obtener una calificación de un 1 ó un 2, me desanimé”. Es clara la respuesta que yo les señalaba: ante el desánimo más esfuerzo. Pero claro, los alumnos vienen de un sistema educativo que ha fomentado la cultura de la vaguería, de no hacer nada porque voy a obtener igualmente el premio

El problema radica en otras causas. El término “otras causas” es un “cajón de sastre” donde todo cabe. Además, se relaciona estrechamente con el profesor, el alumnado y la asignatura, de manera que pudieran ir perfectamente encajadas en cada uno de estos. Sin embargo, he preferido separarlas. Realizando una sistematización podemos considerar las siguientes causas.

  1. La formación previa. Hemos padecido más de 3 planes educativos desde la democracia. Es cierto que no tengo plena autoridad para juzgar los defectos de los diferentes planes de estudio. Pero sí en el sentido de padecer los resultados de su puesta en marcha. Para mí el peor defecto de cualquiera de los planes de estudio es que han fomentado, como ya he comentado, “la cultura del no esfuerzo”. Por ejemplo, cuando yo iba a los colegios a ver las notas de mis hijos y veíapromociona por imperativo legal” cuando el alumno tenía más de 4 asignaturas suspensasperdón, no había progresado adecuadamente, me quedaba estupefactoPensaba “pero qué coño es esto de imperativo legal”. Cuando me enteré de su significado me dije ¡vaya mierda que me espera!. En efecto, entre el 30 y el 70 % de los alumnos vienen condicionados y alcanzan elevadas cotas de “pereza neuronal” (véase el número de no presentados en la tabla 1). Este es para mí el principal problema, más allá de que no saben la mayor parte leer un gráfica.

  1. La propia “esencia” de la carrera. Una carrera tan multidisciplinar en la que lo mismo se estudia la  cinemática de un lanzamiento que como  construir un fresbee (disco volador)es fácil  entender la “confusión” que crea en una mente deseosa de lograr conocimientos. La realidad es que a medida que pasan los años, los planes de estudio del INEF son cada vez peores. Ello es debido a que se va perdiendo el objeto  de estudio: el movimiento, desde su enseñanza (campo educativo) hasta su perfeccionamiento (campos deportivo, de salud, y de ocio). Pero el análisis de los planes de estudio merece un comentario independiente, ya que todavía nos queda Bolonia. Ya lo haré, si la demanda así lo determina. Algunos alumnos me han hecho observaciones como las siguientes: “después de la paliza que me han dado en judo, como voy a tener ganas de estudiar el ciclo cardiaco” o bien “yo creía que no había que chapar tanto en el INEF, pensaba que esto era como un juego”.

  1. La forma de entender la asignatura por mí parte. Mi idea de la fisiología es la de hacer pensar, reflexionar, en última instancia “aplicar la inteligencia”, al funcionamiento del organismo en general como base para entender la respuesta y adaptación al ejercicio y entrenamiento, respectivamente. A lo mejor, si yo tuviera una concepción de la enseñanza de la fisiología en la  que prevaleciera la memoria de corto plazo y  no el raciocinio, los alumnos se atreverían a presentarse, pues podrían “engullir” o “copiar” por cualquier medio (“chuletas”, “del compañero sabiondo”, “a través de un pinganillo”, “por el móvil”). Pero claro de que sirve saber o copiar el ciclo cardiaco, si el “calderón de los cojones” se le ocurre preguntarme el significado de la sístole en ejercicio.

RESUMEN

                Estimados ex y futuros alumnos, tengo más intención y  ánimo que hace 28  años. Espero que hayáis aprendido y  que aprendáis  a pensar en fisiología.  Mientras pueda, seguiré con el mismo entusiasmo y admiración por la naturaleza al explicar por ejemplo, el ciclo cardiaco, la relación ventilación perfusión, la curva de la hemoglobina, la visión general de obtención de energía. He disfrutado y seguiré haciéndolo.

¡Ánimo, futuros “no presentados”!.

¡Ánimo “bolonios”, que aprenderéis a pesar del plan!